lunes, 16 de febrero de 2009

Buen libro... ¡Cómprenlo antes de que se agote!


"... nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía".Simón Bolívar.Discurso de Angostura.15 de febrero 1819.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Receta para 50 hallacas

Ingredientes:

El guiso

  • 1 Kg. de cerdo troceado finamente
  • 2 Kg. de tercera troceado finamente
  • 4 pechugas de pollo o gallina hervida y desmenuzada (sin huesos)
  • 1 Kg. de cebollas cortada finamente en dados
  • Media taza de ajo pelado y triturado
  • 500 grs. de alcaparras pequeñas
  • 500 grs. de aceitunas sin hueso ni relleno
  • 500 grs. de pimentón rojo sin semillas y en juliana
  • 500 grs. de pasas morenas pequeñas
  • 1 litro de vino tinto
  • Sal al gusto


La masa

  • 2 paquetes y medio de harina de maíz
  • 1 litro de caldo de gallina o pollo (el utilizado para hervir la gallina o el pollo del guiso)
  • Agua
  • Sal al gusto
  • Semillas de onoto
  • Aceite con onoto


El envoltorio (Hojas)

  • 50 pedazos de hojas de plátano de unos 30x30 cm.
  • 50 tiras de hojas de plátano de unos 15x20 cm.
  • 1 rollo de pabilo (hilo blanco grueso)
  • El adorno (opcional, según el gusto de ¡los muchachos!)
  • 500 grs. de pimentón rojo y/o verde en julianas
  • 500 grs. de cebolla en aros
  • 250 grs. de alcaparras
  • 250 grs. de aceitunas sin hueso ni relleno
  • 250 grs. de pasas

Preparación:

El guiso

Elaborar las hallacas nos puede llevar dos días, o uno desde la mañana hasta la noche. Mi recomendación: hacerlas en dos días, el primero para el guiso (reposado es más sabroso) y el segundo para elaborar las hallacas propiamente.
Debemos verificar que las carnes (pollo, gallina, cerdo, ternera) no tengan excesos de grasa, y estén cortadas en dados pequeños. Debemos cocinarlas por separado. Primero el pollo o gallina en agua hirviendo con un poco de sal (reservar el caldo), después la ternera en un caldero con aceite hirviendo, y por último el cerdo, que se echa después de que la ternera esté cocida.
Aquí viene la parte de los muchachos: como a casi ningún niño le gusta comerse “enteras” las alcaparras, las aceitunas y las pasas, nosotros las licuamos o batimos en la batidora, junto con el vino, la cebolla, el ajo y el pimiento rojo. De este “invento de mi bisabuela” sale una pasta exquisita que es la que le da sabor al guiso y (aun teniendo todos los ingredientes).
En el caldero donde ya tenemos sofrita la ternera y el cerdo, echamos esa pasta batida, poco a poco, que vamos revolviendo por casi 2 horas, mientras le echamos vino tinto o caldo de pollo para que no se nos seque el guiso. Transcurrido ese tiempo, debemos echarle la sal al gusto y taparlo, para que repose, coja sabor y adquiera esa consistencia espesa que todo buen guiso debe tener.


La masa

Al día siguiente (o después de que el guiso se haya enfriado) preparamos la masa, y las hallacas como tal. La masa se prepara vertiendo la harina de maíz en una batea de madera o plástico bastante grande como para poder amasarla tranquilamente y que no se desborde. En esta batea, echamos el caldo de pollo o gallina que habíamos reservado y sal al gusto, a la vez que vertemos el aceite con onoto que previamente hemos calentado y dejado enfriar. Amasamos permanentemente (para evitar grumos) hasta obtener una masa suave que no se pegue de las manos. En ese momento sabremos que está lista.


La elaboración

Debemos colocar en un mesón amplio todos los ingredientes para la elaboración: el guiso, la masa, las hojas, el pabilo y los adornos (opcional).
A las hojas se les corta la vena gruesa de la orilla y se lavan bien, se secan con un paño y se cortan según la medida indicada. Sobre el derecho de una hoja grande (el lado liso), se unta un poco de aceite y sobre éste se extiende la masa con la mano, en forma de luna llena. Una vez extendida la masa de forma regular, se coloca sobre ésta una o dos cucharadas generosas de guiso. En este momento es cuando se adornan, o no, ¡según el gusto! La diferencia estará en la vista, no en el gusto. Una hallaca adornada, al cortarse, tendrá un par de aceitunas, algunas alcaparras, varias pasas y unos aros de cebolla con pimiento en julianas.
Juntamos las puntas de las hojas en la parte superior, para luego doblar hacia adentro los extremos de los lados. Le colocamos la hoja de “fajita” para que quede bien cerrada y procedemos a amarrarla con el pabilo, como si estuviésemos envolviendo un regalo. Cerrar y amarrar la hallaca es muy importante, si no se hace con cuidado, se romperá la hoja y se saldrá la masa, y si no se cierra con suficiente fuerza, se desmoronará al hervirla.
Cuando tengamos hechas todas las hallacas las ponemos a cocinar. Para ello, echamos unas 6 0 7 en una olla con agua hirviendo (dependerá del tamaño de la olla, pero siempre deberán quedar totalmente sumergidas) y las cocinamos unos 20 minutos aproximadamente. Se sacan de la olla y se dejan escurrir un rato. Se comen en ese momento o después. Se pueden guardar en la nevera por varios días, o congelarlas por semanas. Para volverlas a calentar, bastará con hervirlas de nuevo, pero sólo para calentarlas, porque ya estarán cocidas.